El precio de la fama. Los famosos quince minutos de gloria a los que todo hijo de vecina parece ser que aspira. Salió un hombre en la tele diciendo que le había tocado el gordo de la primitiva y que buscaba mujer con la que compartirlo. Esa aparición televisiva fue su perdición. No porque encontrara una mujer que lo desplumara, no, sino porque una lo que reconoció: era un tipo que se dedicaba a seducir mujeres, a las que luego robaba en sus domicilios.
Hasta aquí nada extraordinario en el paraíso mundial de la picaresca. Lo curioso es que el chuleta iba con un cartelón en el que varias páginas manuscritas (qué cutre, en los tiempos del powerpoint y el diseño gráfico) describía sus cualidades. Entre estas, atención pues luego la cámara sacó un primer plano, decía lo siguiente como colofón: "Los sábados vamos de tiendas. Todos los sábados". Así que este prenda había descubierto que para camelar a las féminas nada de sábado, sabadete, sino una buena sesión de compras y visitas a centros comerciales. Hay que avanzar con los tiempos, supongo.
Aquello me hizo recordar una información de hace varios meses. Un estudio sobre actividad sexual en Japón determinaba que un número importante de varones treintañeros jamás habían tenido una relación sexual. Dejando de lado el frikismo intrínseco de parte de aquella sociedad, el asunto tenía una explicación dineraria. Vamos, que las mujeres no se planteaban ni mirar a la cara a los hombres que no tuvieran unos determinados ingresos económicos (no lo recuerdo bien, pero diría que estaba por encima de los 30.000 euros anuales). Obviamente, el asunto era grave, porque la falta de sexo no contribuye precisamente a tener una buena salud mental.
Eso me deprimió, primero. Luego me alegré de no ser japonés. Porque encima de ser más feo que Picio soy más pobre que las ratas, con lo que ninguna mujer me hubiera querido ni regalado.
La canción decía que Love is in the air. Ya, pues para algunos está en el aire como la gripe A, igualito.
(Banda sonora: Cruel Intentions - Simian Mobile Disco)
Hasta aquí nada extraordinario en el paraíso mundial de la picaresca. Lo curioso es que el chuleta iba con un cartelón en el que varias páginas manuscritas (qué cutre, en los tiempos del powerpoint y el diseño gráfico) describía sus cualidades. Entre estas, atención pues luego la cámara sacó un primer plano, decía lo siguiente como colofón: "Los sábados vamos de tiendas. Todos los sábados". Así que este prenda había descubierto que para camelar a las féminas nada de sábado, sabadete, sino una buena sesión de compras y visitas a centros comerciales. Hay que avanzar con los tiempos, supongo.
Aquello me hizo recordar una información de hace varios meses. Un estudio sobre actividad sexual en Japón determinaba que un número importante de varones treintañeros jamás habían tenido una relación sexual. Dejando de lado el frikismo intrínseco de parte de aquella sociedad, el asunto tenía una explicación dineraria. Vamos, que las mujeres no se planteaban ni mirar a la cara a los hombres que no tuvieran unos determinados ingresos económicos (no lo recuerdo bien, pero diría que estaba por encima de los 30.000 euros anuales). Obviamente, el asunto era grave, porque la falta de sexo no contribuye precisamente a tener una buena salud mental.
Eso me deprimió, primero. Luego me alegré de no ser japonés. Porque encima de ser más feo que Picio soy más pobre que las ratas, con lo que ninguna mujer me hubiera querido ni regalado.
La canción decía que Love is in the air. Ya, pues para algunos está en el aire como la gripe A, igualito.
(Banda sonora: Cruel Intentions - Simian Mobile Disco)
4 comentarios:
sexo dinero y drogas?
Se ha perdido el Rock 'n' roll
o yo qué sé...
Yo paso de las drogas y el rocanró hace tiempo que me pasa de mí...
Sexo convexo... como las madalenas de Mecano (que no de Proust)
HEyyyyy, esa culturilla ochentera (¿o eso ya es noventero?)...
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