Es duro ser tonto como yo. Hay un montón de cosas que no entiendes. Mi neurona da lo que da. Leí que Abidal, jugador del Barça, mi equipo, declara mohíno que no tiene amigos, solo compañeros de equipo. ¿Y qué, chaval? Oigo eso y recuerdo al patata de Rivaldo, otro multimillonario malcriado, cuando se quejaba de que "no se sentía querido". Con la pasta que ganas, los privilegios de que disfrutas, ¿pretendía que encima le doráramos la píldora y nos arrodilláramos ante él? Amos anda...
Pero esta pandilla en qué mundo vive. En los Mundos de Yupi, parece. Ojo que el teletubbie Abidal aclara:
Pero esta pandilla en qué mundo vive. En los Mundos de Yupi, parece. Ojo que el teletubbie Abidal aclara:
Dentro del campo somos una familia, pero fuera no, y creo que deberíamos conocernos mejor. En Francia los equipos se reúnen de vez en cuando en alguna casa o en algún restaurante para cenar.
Lo flipo. Dejando de lado que el nivel del susodicho es más que cuestionable para, no solo ser titular, formar parte del Barça, mea fuera de tiesto. Leñe, si dices que en el campo os lleváis bien, ¿qué más quieres? En cuántas empresas se darían con un canto en los dientes si todos se llevaran bien y aquello fuera una balsa de aceite. Y es eso, que estos privilegiados, de la vida real, de madrugar y pringar, no saben mucho, aparte de lo que vean en las películas.
Lo he dicho más de una vez y lo reitero: yo al trabajo no voy a hacer amigos. Qué borde, ¿no? Pues es lo que hay. Intento llevarme bien con todos, nunca he pisado a nadie y he aprendido a base de ostias a no meterme en (más) movidas. Hace un montón de años sí que me iba de fiesta con compañeros del curro. Claro, todos éramos jóvenes y nos iba la marcha. Pero cuando empiezas a tener tu vida más o menos montada, intentas, por tu salud mental y la de tu vida privada, separar mundos, trazar fronteras.
Eso no implica que no sepas si tus compañeros tienen hijos o no, de lo que también lloriqueaba Abidal (¿no será un cotilla en el fondo?). Hombre, entre carrera y carrera, flexiones, masajes y tal, en esas dos o tres horas que "trabajan" al día, no sé de qué hablarán los futbolistas. Conozco los aspectos más relevantes de la vida de mis compis. Incluso me sé la vida y milagros al completo de algunas compañeras de curro, aunque no tenga el menor interés. Lo largan todo. Pero no tengo ningún interés en irme de cena con ellas y todavía menos a su casa de parranda.
¿Tenemos que compartirlo todo? ¿Hay que hacerlo, aunque no te apetezca y lo hagas para quedar bien cara a la galería o solo porque lo hacen todos? Lo importante es funcionar en el trabajo, saber trabajar en equipo. Al menos, para eso nos pagan. Luego, de puertas afuera, que cada cual haga lo que quiera: quedar o no, ir a su bola, invitar a todo quisqui, ser un ermitaño. Mi vida privada es mía, con ella hago lo que quiero.
Soy un asocial, lo sé. Tal vez debería haberme dedicado al fútbol.
(Banda sonora: Declare Independence - Bjork)