Bono y González Sinde, reyes de la censura

Parece que tengo querencia por Bono, el cantante de U2. Ya le dediqué una entrada tildándolo de tonto muy tonto. Este hombre está sembrado. No sé si deben ser los ceros de su cuenta corriente, más cargada que la del Tío Gilito, o sus vuelos en jet privado le producen mal de altura junto con las emisiones de CO2 producidas por los mismos, en sus gloriosos viajes en contra del cambio climático, a favor del tercer mundo o para reunirse con los presidentes del G-8.

El campeón de la memez ha clamado en The New York Times contra las descargas ilegales de internet. Nada que alegar ante eso. Cierto que en España, como ha señalado la jurisprudencia, compartir no es delito; sí lo es cuando hay lucro por el medio. A lo que iba, ahora también es adalid antiinternet porque los más perjudicados por la red "son los jóvenes artistas que no pueden vivir de los conciertos ni de la venta de camisetas". Conmovedor.

Resulta curioso que un estudio publicado no hace mucho resaltara que, precisamente, donde ganan dinero los músicos es en los conciertos. Los cds son negocio para la industria musical, no para los músicos. Pero lo que me deja anodado es lo de la venta de camisetas. Yo, iluso de mí, que creía esos músicos jóvenes querían dar a conocer su música, vender discos, también, y hacer muchos conciertos. Venta de camisetas es concepto de industria, no de músico. Claro que Bono hace dos décadas que dejó de ser músico para convertirse en una máquina de generar dinero.

Lo peor no es eso. Lo terrible es que el buenrollista de opereta pida que se rastreé en la red como si se persiguiera a los consumidores de pornografía infantil en los EE.UU. o, toma del frasco, a los disidentes en China. Lo siento, nene, pero equiparar interesadamente las descargas con algo tan asqueroso como la pornografía infantil ya te descalifica sobradamente. ¿Cuánta pasta más necesitas, amigo Bono, defensor de la democracia y los derechos humanos, que te parecen adecuados los métodos de las autoridades chinas para reprimir a todos los que disienten de su dictadura? Eres un patético, un hipócrita y un cínico de tomo y lomo.

Vayamos a España. En las manifestaciones-paripé que monta la SGAE no se ven a muchos músicos jóvenes. Más bien a viejas glorias que defienden su trocito de pastel azuzadas por la industria que les sigue dando cancha. Si la industria no da juego a los jóvenes no es por la piratería, sino porque siempre, siempre ha intentado jugar sobre seguro. Por eso a muchos de esos jóvenes se les da cancha cuando triunfan gracias a medios alternativos como internet.

Saltemos al cine. En EE.UU. en el 2009 se batieron records de ingresos por taquilla: 10.000 millones de euros. ¿Y la piratería dónde está si se gana más dinero? En España, la ministra de Cultura, con intereses en la industria del cine, se saca una ley pseudofranquista de la manga para cerrar páginas web que presuntamente vulneren derechos de autor. Una "comisión de expertos" (¿amiguitos o familiares de la ministra o sus allegados, miembros de la SGAE o la industria?) señalará con dedo acusador aquellas webs que no les gusten por sus contenidos. El juez, en ¡4 días! la cerrará, sin entrar prácticamente en el fondo del asunto (la vulneración de los derechos de autor). Y al ser una decisión administrativa recurrirla llevará un montón de tiempo, por no hablar del dinero, de manera que cualquier cierre acabará convirtiéndose en un acto prácticamente definitivo.
(Duración de los procesos judiciales en España: Lainformación.com)

Alucinante. Debes esperar al menos seis meses para poder divorciarte (más luego lo que dure el proceso judicial). Mínimo de un año para echar a quien no te pague el aquiler de un piso. Por no hablar de lo que tarda en juzgarse otro tipo de cuestiones, ya sean civiles o penales. ¿Y cerrar una web se hará en solo 4 días? ¿Tan importantes, vitales, son esos derechos de autor, que pasarán por delante de todos los demás temas? Ojalá el Gobierno fuera tan rápido y efectivo para acabar con el paro, por ejemplo, que es un problema un poquito más grave para este país.

Y siguiendo con el cine español. Casi todo es subvencionado: es decir, pagado con nuestros impuestos. Son públicos los tejemanejes que realizan algunos productores, en el mejor estilo de coge-el-dinero-y-corre: estrenar en una sola sala, comprar ellos mismos un número determinado de entradas de ese pase fraudulento, declarar que han gastado más pasta de la que realmente han invertido en la película y ¡voilà! se embolsan tan tranquilamente unos cuantos cientos de miles de euros de nuestro dinero que luego no se recuperan vía espectadores y mucho menos devuelven al erario público. Si esto no es una industria deficitaria e improductiva ya me diréis lo que es. Y aun así, ¿deben seguir manteniendo unos beneficios ajenos a toda lógica? ¿Por qué el libre mercado solo es bueno cuando nos asegura pingües beneficios y malo cuando se debe arriesgar -y perder- el propio capital?

Ojo, yo no estoy en contra de los derechos autor. Me parece normal que los creadores cobren por su obra, se retribuya el talento, faltaría más. Pero, ¿es normal que sigan cobrando por algo que hicieron hace 50 o más años? ¿Es justo que cobren sus descendientes por un talento que no es el suyo? Por no hablar de que las entidades gestoras de esos derechos sean privadas, como la SGAE, que impone normas abusivas a los ciudadanos con el incomprensible beneplácito del gobierno. Una entidad de mentalidad medieval, pues sus cuotas se asemejan a los diezmos de los señores feudales. Y, lo que es peor, se desconoce el sistema de reparto de los ingresos obtenidos, aunque sí son bien visibles sus lujosas sedes y los millonarios préstamos a coste cero que reciben sus directivos.

Lo siento, yo no tengo ningún cargo de conciencia porque unos chorizos, por un lado, y unos privilegiados, por el otro, no se hagan más millonarios de lo que ya son. Mientras el cine español se financie con mi dinero (en contra de mi voluntad) actuaré en consecuencia.

P.D.: Para entender la Ley Sinde en 10 segundos (gracias a Anna por el enlace).

P.D. 2: La ilustración inicial es de "Sinergias sin control".

(Banda sonora: Négatif - Benjamin Biolay)

6 comentarios:

Pepi Toria dijo...

Interesante... a lo mejor pueden hasta cobrar "derechos de autor" por tan brillante idea.

acolostico dijo...

Si yo tengo una manzana y te la doy me quedo sin ella.

Si yo tengo una idea y te la doy lso dos tenemos una idea.

Sútil diferencia. La información, la cultura no es un bien material.

acolostico dijo...

Si yo tengo una manzana y te la doy me quedo sin ella.

Si yo tengo una idea y te la doy lso dos tenemos una idea.

Sútil diferencia. La información, la cultura no es un bien material.

Pepi Toria dijo...

Entonces ya tienes dos manzanas...
:D

Anna dijo...

Total ment d'acord que s'han de respectar els drets d'autor. Qui vulgui compartir la seva obra gratuïtament, doncs endavant.

Ara, que uns quants ho facin servir per viure del "cuento".

I aquesta maleïda cultura de "pga pq sabem que mangaràs". Entre això i el tema aeroports... On ha quedat la presunció d'innocència?


Ens estem tornant tots bojos! O atontats per les bombes...

manu dijo...

Bastante pasta ya van a arramblar con esta pseudoley a su medida...

La cultura, efectivamente, no es un bien material, pero produce unos beneficios muy materiales. Y ese es el quid de la cuestión.
La cultura, de hecho, es otro negocio más: la "cultura" no es más que la excusa para justificar sus desmanes.

Ja, però inclús a qui vol "regalar" la seva obra la SGAE i d'altres societats de gestió de drets els hi posen pegues, no sigui que la gent se'n adoni del seu "choriceo".
Com sempre, al cap i a la fi resulta que els ciutadans només tenim els drets que els governants decideixen graciosament per satisfer els interessos dels de dalt.