Resulta difícil dar con alguien que no se queje de su trabajo, sea por razones reales o por puro vicio. Si en algo estamos de acuerdo la mayoría es en que ganamos poco (faltaría más): un 67% de los currantes, ojo, 8 puntos más que en el 2007. ¿Alguien dijo crisis? Lo curioso es que los ejecutivos, nuestros jefes, se quejan de lo mismo un 50%, 10 puntos más que hace un año. Pandilla de explotadores...
Solo hay un 32% de los asalariados que sean felices en su trabajo (casi cuadra: 100 - 67 = 33). Pese a todo, y como somos gente sufrida con muchas facturas por pagar, un 64% de los trabajadores está contento en su puesto. Obvio, ¿no?, mejor con empleo que en el paro.
Siguiendo con los explotadores más arriba mencionados, solo el 45% de los asalariados considera que se valora su trabajo. Subjetivo, sí, aunque asqueado de jefes incompetentes, lameculos, y que se colocan todos los méritos pues parece bastante normal. Además, preocupa mucho el excesivo tiempo que se dedica al trabajo en detrimento de la vida familiar y personal.
Ni que decir tiene que yo soy de los quejadantes en todas y cada una de las categorías posibles, y porque no hay más. El trabajo es un castigo y yo intento librarme de él. No me gusta trabajar, no me gustan los jefes, no soporto a algunos de mis compañeros (supongo que el sentimiento será recíproco). Trabajo porque no me queda otra.
En fin, soy un quintacolumnista para las estadísticas de productividad y competitividad. ¿He dicho alguna vez que soy un vago? No aprovecho pa'na.
(Banda sonora: I'm Good, I'm Gone - Lykke Li)
Solo hay un 32% de los asalariados que sean felices en su trabajo (casi cuadra: 100 - 67 = 33). Pese a todo, y como somos gente sufrida con muchas facturas por pagar, un 64% de los trabajadores está contento en su puesto. Obvio, ¿no?, mejor con empleo que en el paro.
Siguiendo con los explotadores más arriba mencionados, solo el 45% de los asalariados considera que se valora su trabajo. Subjetivo, sí, aunque asqueado de jefes incompetentes, lameculos, y que se colocan todos los méritos pues parece bastante normal. Además, preocupa mucho el excesivo tiempo que se dedica al trabajo en detrimento de la vida familiar y personal.
Ni que decir tiene que yo soy de los quejadantes en todas y cada una de las categorías posibles, y porque no hay más. El trabajo es un castigo y yo intento librarme de él. No me gusta trabajar, no me gustan los jefes, no soporto a algunos de mis compañeros (supongo que el sentimiento será recíproco). Trabajo porque no me queda otra.
En fin, soy un quintacolumnista para las estadísticas de productividad y competitividad. ¿He dicho alguna vez que soy un vago? No aprovecho pa'na.
(Banda sonora: I'm Good, I'm Gone - Lykke Li)
7 comentarios:
Quejarse... que aburrida seria la vida si no pudieramos quejarnos! ;)
Nasio pa' rentista...
Pero mal situao.
Como pille al cabronazo que nos consiguió vender la burra eso de que "es necesario trabajar para realizarse..."!!
Y el placer de ganar el pan con el sudor de tu frente y tal..
Panda parásitos...¡El trabajo dignifica!
(Nota aclaratoria: dignifica potser si tens algú que treballa per tu, evidentment...)
Queridos jóvenes: el trabajo es un castigo mal pagado, se mire como se mire.
Si, bueno, "el que no trabaje que no coma...". Es un mal menor...I n'hi ha que s'ho passen bé i tot....
Hay que ser vago en esta vida. Si no lo eres te acaban explotando por eficiente...
Quejarse es una costumbre muy española, nos quejamos de todo y de todos, incluso cuando las cosas funcionan. Qué prado de pena.
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