Copio aquí un texto, publicado el lunes pasado en El Periódico, de Joan Barril:
Me dicen los ateos que Dios no existe y que, por poco que crea, es señal que estoy equivocado. Me dice Rouco Varela que mi familia no es una familia y que, si acepto el divorcio o le dirijo la palabra a mis amigos homosexuales, es señal que no voy por buen camino. Me dicen los compañeros de Pedro J. que si hablo en catalán es porque soy un intolerante y casi un nazi. Me dice el Gobierno que si no reduzco mis envases y si no voy en bicicleta soy un egoísta insolidario. Me dicen mis compañeros multicultis que si no entiendo lo de la poligamia o la obligatoriedad del velo femenino es que soy un vestigio del etnocentrismo occidental. Me dicen los independentistas que si lo de las selecciones deportivas no me proporciona la más mínima emoción es que soy un colaboracionista. Me dicen que si no quiero firmar por la prohibición de las corridas de toros porque ya estoy harto de prohibiciones soy en realidad un cómplice de la barbarie.
Realmente eso de vivir se nos está poniendo difícil.
¿Todo depende del ojo que mira?
(Banda sonora: No name - Delorean)
7 comentarios:
Tots els extrems són dolents...i no acostumen a permetre quedar-se al mig. O amb mi o contra mi.
Cap aquí anem.... ("iupi"!....aix...)
El terme mig sembla mes dificil de trobar que l'olla d'or al final de l'arc de sant marti...
El terme mig, a la hora de la veritat, és teóric, impossible de trobar a la realitat.
Dejense de término medios y de escuhar voces médiaticas...hagánme caso a mi...
Sí, yo escucho voces, aummmm...
¿Tu escoltes veus?, i jo veig morts (de vegades)...
Els veus a la feina? :P
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