Ir a currar es un palo. Sobre todo por las banderolas publicitarias que acechan, cual buitres desinformativos, en torno al trabajo. El primero, en inglés, dice algo de superar un record de spinning (
Barcelona Spinning World Record o como se escriba, porque desde que lo vi la primera vez me niego a alzar la vista para contemplarlo de nuevo). El segundo, municipal, es infinitamente peor. Anuncia que hoy pasa el Tour de Francia por Barcelona y que asistamos para hacer la ola amarilla. Tócate los güev...
En fin, de qué me sorprendo. Es una magnífica definición de cómo se entiende actualmente la política. Pan y circo. Fuegos artificiales. Bonitas declaraciones. Enmarañar, engatusar, adormecer, manipular. Todo con el único fin de perpetuarse en el poder. Los problemas no son
sus problemas porque ellos tienen la vida perfectamente solucionada. Y, como han descubierto que somos unos gilipollas de tomo y lomo, que tragamos lo infumable y les seguimos votando, pues se divierten a nuestra costa colocándonos una zanahoria ante nuestras narices para que, además, saltemos y hagamos de figurantes en sus fotos.
Pues no. Yo no. Paso de hacer de maniquí municipal ni de claca ante el paso del Tour, que una buena fortuna habrá costado al Ayuntamiento de Barcelona. Claro, lo importante es salir en fotos, ser guays y
cools, poner a Barcelona “en el mapa”. Me niego a hacer olas, batir palmas, reirles las gracias a quienes, en mi modesto entender y tal como decía antes, no cumplen debidamente con sus obligaciones con sus ciudadanos. Puede que para ellos no seamos tales, sino simplemente siervos, contribuyentes o votantes.

Sacaron aquel eslogan electoral de “Hechos, no palabras”. ¿Se puede ser más hipócrita, más falso, más cínico? No me parece mal que pase el Tour por aquí. Lo que lamento es que se malgaste tanto dinero en chorradas, que las bonitas palabras casi nunca se transformen en acciones que redunden en beneficio de los demás y no solo de ellos. Claro, siempre será más fácil conseguir un récord mundial de hacer la ola que solucionar los problemas de inseguridad, precios desórbitados, vivienda innaccesible, suciedad, ruidos, etc. Total, de todos esos aspectos negativos Barcelona ya tiene récords.
Y encima no es una etapa de montaña, así que tampoco la veré por la tele. Que les den.
P.D.: Nos piden (o chantajean) usar el transporte público hoy porque está la ciudad tomada para uso y disfrute de una actividad particular como el Tour, y va Renfe y decide que hoy el Cercanías sea de un piso y no de dos para que viajemos como sardinas en lata. Manda güevos.
P.D.2: ¡A por ellos, Contador!