Nada que ver con la banda terrorista. Corto de animación de ciencia ficción.
(Banda sonora: Agoraphobia - Deerhunter)
Seguimos con más preguntas y muy pocas respuestas. Reflexiones un tanto irreflexivas de unos sujetos evidentemente poco reflexivos. Porque cuando todos piensan igual, nadie piensa.
Nada que ver con la banda terrorista. Corto de animación de ciencia ficción.
Etiquetas: anuncios, Feist, hombres-mujeres, im-prezionante, mala gente, telefonía, televisión
Teniendo en cuenta lo que le gusta fabular al chaval, como esa semana en la que le dio por decir que todos los días era su cumple (y solo faltaban 6 meses para el evento), no puedo tomármelo muy en serio. Además, viendo lo tirillas que es David me cuesta imaginar cómo puede inmovilizar a otro crío. Y que su compadre también arrée pues, en fin... Su madre le decía que no hay que pegar. Él le respondía con inocencia infantil: "solo pegamos a los malos". Eso me tranquiliza.
Posiblemente os hayáis dado cuenta que este año abundan los posts con pdf, imágenes y youtubes, más bien ligeritos de texto. Por esas circunstancias de la vida, ahora mismo mi escaso tiempo libre debo dedicarlo a tareas más "productivas". Seguiré publicando, confío que Anna también, pero es posible que no todos los días y sin enrollarme tanto como antes. Colateralmente, ello implica que tendré menos tiempo para poder visitar vuestros blogs y dejaros comentarios. Espero que me sabréis disculpar.
Me gusta más la segunda versión. ¿Te imaginas que tu pareja te regale un engendro de tal calibre? O tiene un mal gusto que tira de espaldas o te está enviando un indirecta muy directa: ¿cortamos, chatín? Hay una tercera opción, claro: que sea una psicópata.

Bueno…es de justicia. Cuando una se equivoca, debe reconocerlo y intentar enmendar sus errores.
Los sigue habiendo. Los actuales van de enrrollados y contraculturales y dicen cosas - escuchado en el cercanias- como "Mama dejame cien euros que voy a salir". Hay una variante neo-hippie que como son tan naturales empujan a todo el mundo y hacen cosas como abrir las bocas de riego en los parques al mediodia en agosto,para hacerse fotos bailando entre los surtidores (y si las plantas se cuecen que se jodan, o sea), alguna bronca gorda he tenido con ellos por eso.
Se les reconoce por su absoluta incapacidad de tolerar la frustacion -hacer cola no es para ellos-, lo caro de su ropa -los vaqueros de cien euros como ropa de diario- y su invocación de la autoridad familiar en apuros.
El pasado Hallowen, por ejemplo, provocaron destrozos por valor de cuatro mil euros en un Insituto de Villalba. ¿La reaccion de los padres? Chiquilladas. Que lo reponga el ministerio que para eso pagan impuestos. Un buen puñado ejercen de graffiteros.
Comentario de Arturo al post "¿Qué son los pijos"
En mi lento, pero seguro, camino hacia la radicalidad de pensamiento, he descubierto mi intolerancia radical hacia la gilipollez. Sí, queridos amiguitos, los de estómago delicado y mente bienpensante haría bien en huir despavoridos de esta entrada. Ahí vamos, a riesgo de ser tildado de reaccionario o algo peor, lo cual, la verdad, me importa un pimiento.
¡Viva la Nueva Democracia! La que parece que defiende la peña cool, los buenrrollistas, los presuntos progres, y los jipijapiflowers. Dejemos que los okupas roben la luz y el agua, que ya la pagaran los demás vecinos. Dejemos que lo llenen todo de mierda y hagan fiestas que impidan el descanso de los vecinos, que los pobrecitos también tienen derecho a la diversión. Dejemos que los alumnos insulten y peguen a los profesores, no sea que los niños se traumaticen. Dejemos que los políticos publiciten el uso del transporte público y suban su precio por encima del IPC, aunque ellos no lo utilicen nunca y viajen en carísimo coches oficiales. Dejemos que los turistas se meen por las esquinas, no sea que si les pedimos que se comporten civilizadamente como hacen en su país decidan no volver. Dejemos que se haga cualquier barrabasada sin que los responsables asuman sus responsabilidades. Dejemos, dejemos...Bueno… Dios no tiene grupo en el Facebook y se lía con el correo.
Pero parece ser que sus delegaciones se desarrollan algo mejor con Internet y las nuevas tecnologías.
Cada uno tiene su carácter y encaja los golpes a su manera. Pero algunos golpes bajos duelen más que otros. Golpes a traición, puñaladas traperas que no ves venir hasta que ya es demasiado tarde, mala gente. Y surge la inevitable pregunta: ¿por qué a mí? Pasado el lloriqueo y la rabia, piensas ¿y por qué a mí no? ¿Acaso soy especial, mejor que los demás? Descubres, porque en el fondo ya lo sabes, que no, no lo eres, y tampoco mereces un trato preferente por parte de la vida. Debes apechugar como todo hijo de vecino. Ajo y agua.
Alguna vez he dicho que a los pobres nos tendrían que prohibir el orgullo. Estás sin trabajo, así que te pones a buscar de lo tuyo. Sé realista, de lo tuyo hay poco y es difícil. Te encabezonas, y pasan las semanas sin que aparezcan anuncios de lo tuyo en La Vanguardia (hace 10 años no se estilaba buscar empleo por internet). Para más inri, tampoco tienes amigos o conocidos que te puedan dar un empujón. Solo te tienes a ti mismo. Muchas veces eso resulta insuficiente, pero es lo que hay. Yo no tengo ni el talento ni los padrinos de la Infana Elena. En fin, nadie dijo que esta película fuera fácil ni tuviera final feliz. Así que jódete, aprieta los dientes, pon buena cara (para disimular que estás roto por dentro) y tira pa'lante. Eso o húndete en la miseria.
En el interín se casa uno de tus mejores amigos. Sufres un ataque de pánico. Miras los bolsillos. No encuentras para un regalo decente. Sí, él podría entenderlo, pero la vergüenza no te la quita nadie. Por si fuera poco, en la boda te encontrarás a conocidos. Comenzará la rueda de cómo te va la vida y qué les dirás. La verdad, claro. Vaya mierda de verdad. Poco a poco te vas encerrando en ti mismo, no puedes seguir el ritmo de los demás, y no sabes si por culpa tuya (que también, a causa de ese dichoso carácter tuyo) o por parecer (o ser) un fracasado, te comienzas a ver solo, como un apestado, como si llevarás la mala suerte pegada cual leproso moderno.
Sí, podrías trabajar en algo que no te gusta por cuatro chavos. ¿Y para eso me he roto los cuernos estudiando? Pues sí, lo que pasa es que esa lección no la enseñan en la universidad. Hasta que al final, meses y meses después, te sale algo de lo tuyo... a 600 km. de tu hogar. Coges los bartulos y te largas. ¿Qué vas a hacer? ¿Esperar que el empleo venga a buscarte a tu casa? Olvídalo. Me voy, y cuando pueda ya volveré con trabajo. Los currantes hemos desarrollado las habilidades de las aves fénix. Eso o el abismo. Conocí a alguno que acabó en algo parecido a un abismo personal. Saberlo hace que bregues más fuerte contra la marea y las olas antes que dejar que te hundan.
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