Recrearse en la desgracia ajena

Ya critiqué en su momento que a los puretas les indigne la emisión de ciertas imágenes, porque sus protagonistas somos cualquiera de nosotros, mientras luego podemos ver tan tranquilamente las desgracias y agonías del Tercer Mundo como si fuera lo más natural del mundo. Por eso sigo sin entender que las televisiones se recreen en los montones de cadáveres, los heridos, las lágrimas, el dolor de los haitianos.

Claro, eso no es sensacionalismo, tampoco telebasura porque sale en los informativos. Ya. Pues no me trago que sirva para que seamos más conscientes de la tragedia de Haití y, por tanto, más solidarios con los afectados. Por favor, para eso no hace falta que nos bombardeen con esas imágenes. Cualquiera con un poquito de conciencia y dos dedos de frente ya se da cuenta. de que necesitan nuestra ayuda. Lo único que consiguen es que me entren ganas de llorar. Se supone que eso es periodismo, por supuesto. Pues periodismo carroñero, digo yo. ¿Por qué no se vieron las víctimas del terremoto de Italia de hace un par de años?

Pero eso no es lo peor. Lo terrible es enterarse que al calor de esa solidaridad masiva, surjan aprovechados que estafen a la gente de buena fe que cree que está ayudando a Haití y en realidad le están robando el dinero de sus donativos. Yo siempre he creído en la existencia de ciertos límites infranqueables, de una mínima dignidad, de no cebarse en el caído, pero como siempre la realidad me demuestra que soy un pobre iluso.

Y luego sale el patético del nuevo obispo de San Sebastián diciendo que la desgracia de los haitianos tampoco es para tanto. Alucinante. ¿Pero este sinvergüenza de dónde ha salido? Cuántas botellas se había pimplado antes de hacer esas declaraciones, porque si las hizo sobrio da miedo ese sujeto. ¿Para progresar en la Iglesia cuanto más descerebrado mejor?

Vaya mierda de país. El nuestro, no Haití.

(Banda sonora: La Gent Normal - Manel)

4 comentarios:

acolostico dijo...

Consiguen desensibilizarnos...

Ayer el Bassas, y miren como se comen las naranjas peladas...Peo comoq uieres que se las coman?

Hoy, en la radio en cuanto han puesto la música de pianito para hablar del tema, he cambiado...

Hay una cosa que me hace pensar o yo me alejo del mundo, o cada día los políticos y los periodistas están más lejos de la gente de la calle...

Nos estamos agilipollando todos o qué?

Anna dijo...

Nos estamos agilipollando todos o qué?

Totalment. I em temo que sense remei.

Però les imatges formen part de la informació i la línia entre informació i espectable és molt fina i no és fàcil saber on tallar. Cert que l’excés ens insensibilitza. Però siguem sincers, si no haguéssim vist cap de les imatges d’Haití hi hauríem parat atenció? Seriem conscients de la magnitud de la tragèdia? I si que hi ha un interès en captar l’atenció (i l’audiència), però tb us puc dir que els periodistes, encara que de vegades no ho sembli, són persones. I sé de primera mà que molts dels enviats especials estan en estat de shock davant el que veuen allà (i que no s’haurien imaginat mai)
És complicat.

Replicant dijo...

Anna, en 1 mes ens haurem oblidat de tot i Haití deixarà de ser notícia...com tantes altres desgràcies/aconteixements esgarrifosos/meritoris que podrien ser colpidors/interessants i que passen "al limbo" per que "bussines is bussines", my dear...
Manu, estic amb tú que no cal ensenyar segons què, que només es fomenta el morbo així. La gent que de debò volen ajudar, ajuden i no els cal tanta "visualització"...

manu dijo...

Más bien, creo yo, quieren agilipollarnos. Otra cosa es que nos dejemos, lo consigan, etc.
Je, el Bassas, todo indignado porque había gente trapicheando con gasolina, presuntamente de contrabando, casi delante de la policía. ¿Este tío en qué país se piensa que está?

Bé, prenem l'espectacle per la banda possitiva. Si serveix perquè els governs ajudin a aixecar-se a l'Haití doncs endavant.
No m'extranya que afecti als periodistes. Hi ha imatges esgarrifoses.

Doncs això, si vols ajudar no cal recrear-se amb la mort, la desgràcia aliena.