¡Feliz 2010!

Me gusta el 2010. Me gustan los números redondos. Debe ser porque soy un tanto cuadrículado, a la par que un tanto simple.

Os deseo que el nuevo año que va a comenzar os sea más propicio que este que estamos a punto de abandonar. Que os depare sorpresas agradables. Que alcancéis todo lo que os hayáis propuesto, aunque tengáis que sudar un poco para lograrlo. Que avancéis con el viento a favor, a pesar de que de vez en cuando tengáis que batallar con alguna tormenta. Que las inclemencias del camino nunca detengan vuestro viaje.

Gracias por estar ahí. Por leer mis desvaríos, y por contestarlos de vez en cuando.

(Banda sonora: Todo lo que no - L Kan)

El rey de la montaña

Seguimos con el thriller, aunque alguien quiera ver retazos de terror en "El rey de la montaña" yo no se los encuentro por ningún lado.

Un tipo (Leonardo Sbaraglia) se para en una gasolinera para repostar. En el baño tiene un encuentro sexual con una desconocida. Ella se marcha y cuando él va a pagar descubre que le ha robado la cartera. Sigue su camino hasta que en un cruce de carreteras descubre el coche de la chica. Decide seguirla, pero la pierde. En esa comarcal alguien empieza a dispararle. A partir de ahí, empezará la huida por la montaña. ¿Quién dispara? ¿Por qué?

Una peli técnicamente irreprochable (como la mayoría, todo hay que decirlo). Sin efectos, juega con los colores de un bosque de aspecto otoñal, un territorio aparentemente virgen. Vemos la angustia y la desesperación ante la fractura repentina y -aparentemente- sin sentido de unas vidas monótonas.

El final no me convenció. Me parece muy cogido por los pelos. No obstante, la película se merece un aprobado.

(Banda sonora: Domingo pefecto - Dorian)

Tonto es quien dice tonterías

Resumen de las habituales perlas lanzadas por Teddy Bautista, dirigente de la entidad benéfica SGAE (aquí la entrevista al prenda):

Detrás de un festival benéfico, como de un partido de fútbol benéfico, hay muchos intereses, ¿pero es necesario que la SGAE cobre cuando un cantante, como Bisbal, decide donar el caché de su actuación?
–¿Qué es un concierto benéfico? En este caso concreto, el señor Bisbal sale y canta, pero los músicos, la compañía que suministra la energía, el servicio de seguridad…Todos cobran; el único que no cobra es el artista. Los autores pagamos muchos impuestos, así que, si hay que ayudar a un niño que necesita una intervención, debería hacerlo el Estado.

Al final se cobrará hasta la música de los guateques…
–No sería mala idea, pero de momento, no… Aunque en Argentina se paga.

(Banda sonora: Only Getting Better - Stepanie Dosen)

Buscando la felicidad

Supongo que hoy debería hablar de la Navidad. Limitarme a felicitaros las fiestas, a soltar las frases de rigor sobre el tema para despachar el asunto. Pero cada vez hay más personas a las quien no les gustan estos días. Tal vez porque parece obligatorio juntarse en familia y/o ser feliz. Así que voy a elucubrar sobre la felicidad.

Una osadía por mi parte. En realidad, no sé definirla, ni siquiera explicar con claridad lo que significa para mí. Es un estado tan íntimo a la par que con un significado tan diferente para cada persona, que nadie mejor que uno mismo para saber lo que expresa para él. Creo que esa obligación, ser feliz, propia de estas fechas, ha hecho que muchos posts de este mes hayan sido un pelín autodestructivos en lo que a mí respecta. Me fastidian las imposiciones. Y más cuando me piden que alcance algo tan inaprensible, etéreo, fugaz. Algo tan difícil de hollar como la cima de un K-8.

En algunos momentos de lucidez, extraños en mí, he llegado a la conclusión que la felicidad, o lo más parecido a ella, llega en la ausencia de problemas. Para otros será en los momentos de triunfo, de éxtasis, Pero si yo aceptara que solo se alcanza en la consecución de esas metas posiblemente jamás aprehendería ese estado de felicidad. Uno no debe fijarse metas imposibles, so pena de ser un eterno insatisfecho. A veces nos empeñamos en querer lo que no tenemos, o peor, lo que no podemos tener. Tal vez me marque objetivos muy magros. Debe ser porque ya me he llevado tantos palos, tantas decepciones, que la coraza protectora con la que me he investido no me permite avanzar tan rápido ni saltar tan alto como los demás. No me quejo, pues para eso me lo he autoimpuesto.

En "El club de la lucha" dice el prota que no somos lo que poseemos. Hoy parece que la felicidad se alcanza mediante el consumo, la acumulación de bienes, incluso de experiencias (cuanto más exclusivas, mejor). Lo que yo llamaría "felicidad low cost". Previo a ello es el éxito profesional, la aceptación incondicional de las normas de la manada. Puede ser un atajo hacia la felicidad, cierto, pero así nunca se alcanza, yo no. O lo que se alcanza así yo no me atrevería a llamarlo felicidad.

Tampoco seré yo quien sostenga que la felicidad está en la contemplación de una amanecer ni en otros rollos jipijapiflowers. Sin embargo, para mí sí está asociada a las pequeñas cosas, a los detalles, en contraposición a la escala macro. El triplete del Barça me dio mucha alegría, el nacimiento de mis hijos me concedió un instante glorioso de felicidad, cogerlos por primera vez en mis brazos. No sé exactamente lo que es la felicidad, pero aquí estoy, enrollándome sobre el tema. Mejor corto ya.

Pues eso, felices fiestas. Como mínimo, que las sobrellevéis lo mejor posible. Admito que es en estas celebraciones familiares cuando más bebo de todo el año. No, no es para soportarlas mejor. Más bien es para que los demás sean capaces de aguantarme a mí.

Por mi parte, seguiré buscando. La Navidad es tan buen momento como cualquier otro para encontrarla.

P.D.: Me tomo unos días de vacaciones. Hasta la semana que viene.

(Banda sonora: Te echamos de menos - Dorian)

Jueguetes navideños


Se echan encima las Navidades, y con ellas los Reyes tiempo de regalos, sobre todo apreciado por los más pequeños de la casa. Cada año la misma duda: ¿qué regalamos? Pues aquí tenéis los muñecos que desbancarán a los tradicionales superhéroes y demás muñecos basados en pelis y series de dibujos animados: ¡los guerreros de la fe!

Sansón, Goliat y Jesucristo. Ahora falta ver si DC, Marvel o qué editorial sacará los cómics con las aventuras del trío. Para que comprobéis que no es una coña mía, los podéis encargar a One2Believe.

Que la Fuerza os acompañe para pasar estas fiestas.

P.D.: Espero que la fe o la fuerza me ayuden en la lotería de hoy...


(Banda sonora: Al otro lado del universo - Igloo)

El hombre cafre III

Decía en el trabajo, "soy un asocial y un arisco". Una compañera dijo que ella también, aunque lo cierto es que ella solo es arisca cuanto toca. Lo malo es que, con el tiempo, he descubierto que uno no mejora. Al menos, yo no. Al contrario, uno ahonda en sus defectos, como quien lleva atada una losa en los pies y lo arrastra hasta el fondo. Inevitable. De consecuencias funestas, además.

Ya, el rollo ese de que siempre se puede cambiar, mejorar la actitud y tal y tal. Pues no. Yo no soy capaz. He llegado a un punto que ni puedo ni quiero cambiar. Sí, va en mi contra, me perjudica. Ni eso me hace cambiar. No es algo de lo que sentirse orgulloso, obviamente, pero es lo que hay. ¿Para que engañarme?

Las pistas están ahí. Esperas la salida de los críos del cole. Los padres (madres debería decir, aunque con la crisis ahora se ven más padres que nunca) forman sus grupitos. Yo voy a mi bola, aparte, formo mi propio grupo de uno. Las pistas, sí: salgo echando leches con David hacia la piscina, me cruzo con tres madres de su clase y todas dicen "Hola David". A mí, ni mu. Uno recoge lo que siembra.

No, no voy a cambiar. Peor para mí.

Paz y amor para las gentes de buena voluntad.

(Banda sonora: Lost In This World - Richmond Fontaine)

El sindicato de policía yiddish

A diferencia de "Nocturna", sí hay novelas que merecen las letras gigantescas que adornan el nombre del autor por encima del propio título. Incluso que brillaran con luces de neón. "El sindicato de policía yiddish" es una de ellas. Para quien no desee seguir leyendo ya le avanzo que se trata de un novelón.

Imaginemos que los judíos fueron barridos de Palestina cuando intentaron fundar su estado allí tras la Segunda Guerra Mundial. Se les concedió vivir en el lugar más opuesto a la tierra Prometida: Alaska. Allí, en Sitka, los Estados Unidos les cedió un estado. Pero había trampa. Fue una cesión temporal y faltan unos dos meses para que concluya. Así que la incertidumbre y el temor a lo que les depara el futuro está presente en todos los judíos que allí viven.

Meyer Landsman, el detective más condecorado del cuerpo de policía en Sitka, tiene además sus propios problemas. Divorciado, solo, alcohólico, vive en un hotelucho. En ese antro matan a un yonqui. Su ex se convierte en su jefe de la noche a la mañana. Ordena cerrar todos los casos, como sea, para hacer el traspaso de poderes a las autoridades yanquis. Pero el asesinado no es un simple yonqui, y mucho menos un simple judio, cosa que va descubriendo Landsman tras desobeder a su ex esposa, acompañado su primo Berko, medio indio de dos metros, también detective como él.

No es una novela de género fantástico a pesar del punto de partida ucrónico. Solo lanza unos pocos detalles de ese mundo, breves pero suficientes para desatar nuestra imaginación: la bomba atómica sobre Berlín en el 46, la primera dama Marilyn Monroe Kennedy, los astronautas manchures. Por lo demás, es un mundo como el nuestro, nada se diferencia aparte del nuevo escenario geopolítico.

Chabon es un escritor excelente, tanto por la brillantez de la historia que relata como por la elegancia con la que lo hace. Es un maestro creando símiles, construyendo un micromundo creíble, unas historias personales, familiares y comunitarias sobre las que se acabará asentando la trama.

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien leyendo una novela.
El sindicato de policía yiddish; Michael Chabon; Literatura Mondadori, 359; 2008; traducción de Javier Calvo Perales; 426 páginas

(Banda sonora: Aplauso - Alado Sincera)

Eternamente joven

En la tele anuncian no-sé-qué y me quedo con el último plano. Ejemplar de "La Razón", fondo azul con enormes letras en blanco "Viviremos 100 años". Y lo primero que pienso: ¿para qué? Porque la cantidad está bien, pero en ciertas cosas si no va acompañada de calidad, pues casi mejor que no.

La verdad, el titular no es para tirar cohetes. Ya había leído hace tiempo que edades de 120-130 años serán posibles en un plazo prudencial de tiempo, incluso que los nacidos en el 2000 podrán llegar a los 100 años tranquilamente. Imaginemos la situación. Si ahora en los medios de comunicación hasta los 40 años de calificaban de "joven", entonces se considerará jóvenes hasta los mozos de 60. Aunque lo de verdad inquietante será la edad de jubilación. Eso no hay sistema de seguridad social que lo soporte. Así que a currar hasta los 80. ¿Y estar con la misma pareja un siglo? ¡Guau! Eso cómo se llama, ¿bodas de oro, brillantes y diamantes, o de plomo?

Pero insisto, ¿el aumento de esperanza de vida para nuestros descendientes (porque a nosotros ya no nos tocará) irá acompañada de una mejor salud? Porque ir a trabajar con tacataca o con pañal, cual ancianito achacoso, o ser incapaz de recordar donde he guardado los papeles, no me parece un gran avance. Si la medicina no ofrece mejoras integrales en salud esto no va a ser la panacea, precisamente.

Virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Por si acaso voy a comprar acciones en geriátricos para mis niños.

(Banda sonora: Cuestiones de familia - Love of Lesbian)

(Di)versiones musicales 7

La versión:



Y el original aquí. (Qué sencilla que es esta chica...)

Definitivamente, me quedo con la versión...

(Banda sonora: Abdallah - Tryo)

Independència?


(Banda sonora: Una vida tranquila - Mishima)

Historias de Navidad

Sí, dicen que la Navidad es tiempo de paz y amor. Cantaría si pudiera, pero lo hago bastante mal y tampoco tengo ganas. En fin, sí, mucha paz y amor, pero también con efectos colaterales indeseados, al menos para mí. Creo que era el año pasado que hablaba de lo poco que me gustan las típicas comidas de empresa que se celebran en estas fechas. Hay otra cosa que me revienta: las participaciones de lotería.

Me explico. No tengo nada contra la lotería de Navidad, tradición sagrada donde las haya. Ni contras las participaciones en sí, sino contra todos los que vienen asaltarte con números del colegio de los churumbeles, la asociación cual o el club pascual. Primer motivo de asco: que bajen a buscarnos gente que ni nos saluda por los pasillos ni sabe como nos llamamos (no exagero), pero que en estas fechas recuerdan nuestra miserable existencia para que les hagamos el favor de aligerarles el peso de su talón de participaciones. Mi respuesta es la única posible: NO. Ejemplo: baja la susodicha de turno, ofrece a todo el mundo, y al llegar a mí ve que mi compañera no está. Claro, no sabe cómo se llama. ¿Solución? “¿La otra va a querer lotería?”. “No, la otra no quiere”, digo yo, sumo sacerdote de la Iglesia del No, haciéndole un favor a mi compi, pues me temo que ella no sabría decir que no.

El segundo motivo es más prosaico. Por si fuera poco aguantar el acoso, encima no juegas por lo que pagas. Es decir, pagas 3 euros de participación, pero medio euro se va en “donativo” a no-sé-qué (ni me interesa saberlo). Vamos, que si tienes la suerte de que te toque encima es el receptor de ese donativo quien se embolsa la parte que graciosamente le has regalado. Pues NO. Por ahí tampoco paso. Yo pago por lo que juego o no pago, faltaría más.

Paz y amor, queridos hermanos. Y paciencia, muuuucha paciencia.

(Banda sonora: Take a Look Around - The Willowz)

25 kilates

Se acabaron las comedias. Ahora cumplo lo dicho: solo cine de género. Empiezo con el thriller "25 kilates". Trata de una chica que se dedica al choriceo de poca monta. Vive con su padre, un perista del montón, especialista en meterse en movidas. Un día se le presenta la ocasión de dar el palo que siempre había esperado. Como no podía ser de otra forma, las cosas se tuercen. Entrará en escena un tipo que se dedica al cobro de morosos, otro aspirante a perdedor que se balancea en la cuerda floja, con sus propios problemas, para ayudar a la chica a salir del pozo y a su vez escapar él del fondo.

Película ambientada en Barcelona, la normalita, la de la gente de la calle, no la de "Vicky Cristina Barcelona", la de los turistas. Rodada en castellano y catalán, dependiendo del idioma de los personajes. Es una obra sobria, sin alardes en ningún sentido, correcta, con ritmo.

Sin llegar al notable (por como resuelve, o mejor dicho, por como no lo hace o se quedó en la sala de montaje, cierto aspecto relevante en la recta final), sí merece un aprobado alto.



(Banda sonora: Disorder - Joy Division)

Sin cesta de Navidad

Hay señales que revelan la Verdad. No importa lo que digan los políticos y mucho menos los periodistas. Palabrería, desinformación interesada, bobadas. En un noticiero de la tele encontré la Señal. Decían que este año, por primera vez desde tiempos inmemoriales, no habría nuevo anuncio navideño de Freixenet. ¿Es o no es la prueba definitiva de la crisis?

A la anterior pregunta seguidamente se me ocurrió otra: ¿algo así debe formar parte del contenido de un telediario? ¿Qué tipo de descerebrados creen que somos para que esa "noticia" sea tan relevante para la plebe? ¿Los periodistas, o quien dirige los informativos, al igual que los políticos, son de este mundo? Antes nos animaban a consumir como locos, como si fuéramos realmente millonarios. Ahora nos critican porque, ante el panorama económico y laboral, gastamos solo lo imprescindible. ¿Será porque sus cualidades proféticas son bastante desastrosas?

Eso sí, grabarán una nueva felicitación. Tampoco es plan que nos vuelvan a desear un feliz 2009. Con un año de crisis como éste ya hemos tenido bastante.

(Banda sonora: Explosions - The Mary Onettes)

Esperando a los Reyes Magos

Me pide Pepi Toria en un comentario que escriba sobre las cábalas de mis niños a la hora de escribir la carta a los Reyes Magos. Y yo, como escribo para mi querido público, al que tanto aprecio (puede sonar a coña, pero en realidad para mi terapia es fundamental vuestro feedback), intento aplicarme a la tarea.

Podemos dividir el asunto en dos partes. La de la propia escritura, que se producirá en el último segundo, y de la que ahora a ambos no les importa mucho. Puedo avanzar que a David será un asunto que le cueste, pues ha salido tan vago como su padre (además, ahora en serio, de sus problemas de lateralidad cruzada, que le afectan al escribir). Y el tema realmente relevante, la elección de los regalos. ¿Cómo eligen? Pues hoy existen un montón de catálogos de tiendas de juguetes. Mejor no hablar de los anuncios en la tele. De hecho, ahora esos catálogos están desplazando al cuento de antes de irse a dormir, así que la cosa se ha puesto seria. Al final se quedan con lo que más les gusta. ¿El problema? Haya tanta oferta que demasiadas cosas les gustan.

Había que observar el otro día a David, concentrado como si leyera un diario económico, marcando todos los juguetes de una página de uno de esos bonitos folletos a todo color. Obviamente no íbamos bien así. Entre otras cosas, porque las equis con las que señalaba varias páginas solo las soportaría la economía y el megachalet de un potentado. Alba, que a la hora de pensar le da veinte vueltas a su hermano, le dijo: “David, ¡no puedes elegir tantos juguetes! ¡No ves que entonces los Reyes Magos no tendrán bastantes para todos los niños!”. Por una vez, momentáneamente mejor dicho, no me tocó hacer de malo de la película.

Todo es parafernalia. Recuerdo la cara de alegría de David, con 3 años, cuando descubrió entre sus regalos navideños ¡una bolsita de globos! Lo más modesto fue lo que más le gustó. Por no decir que ambos se entretenían más arrancando papel de regalo, abriendo cajas, y jugando con esas mismas cajas, que con los propios juguetes. En fin...

Eso sí, el momento de la decisión definitiva aún no ha llegado. Crucemos los dedos. De todas formas, mi adscripción a la Iglesia del No me ayudará a darles todas las calabazas que sean necesarias (que no serán pocas).

(Banda sonora: Gimme Sympathy - Metric)

¿Cambio climático? ¡Quia!


(Banda sonora: New Theory - Washed Out)

Nocturna

En literatura, bueno, en el mundo de los libros, hay un elemento que siempre me ha parecido sumamente sospechoso: la tipografía de la portada. En condiciones normales lo que prevalece es el título, se vende el libro en cuestión. Otras veces el tamaño de la letra con el nombre del autor es gigantesco, entonces lo que se vende es al escritor (¿al firmante, más bien?) más que al propio libro. En esas ocasiones pienso, cuidadito, peligro de que den gato por liebre.

Tenía ganas de pillar “Nocturna”, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan, especialmente por la capacidad fabuladora del cineasta y el imaginario que despliega en sus películas. Sin embargo, como he descubierto, una cosa es escribir y dirigir un film que te enganche y otra muy diferentes escribir una novela que no quieras dejar de leer.

La historia. Un avión aterriza en NY. En cuanto lo hace se desconectan todos sus aparatos y resulta imposible todo contacto con la aeronave. Dado que no se trata de un acto terrorista en apariencia, se ponen en marcha los protocolos para detectar algún tipo de virus o amenaza biológica. Encuentran un enorme ataud en la bodega del aparato. Al ser trasladada al hangar donde se investiga lo sucedido desaparece misteriosamente. No hace falta ser un lince para saber qué tipo de “amenaza” viaja en ataud, pero no lo desvelo por si alguien se atreve a leer la novela y prefiere desentrañar el misterio por sí mismo (no obstante, lo dice la contraportada de la novela). A partir de ahí, llegará el descubrimiento de lo que quiere apoderarse, primero de NY y luego del mundo, y la lucha por evitar su triunfo.

Capítulos cortos y con constante cambio de puntos de vista, para que la historia avance a través de los más diversos personajes, el más puro estilo “da Vinci”. Redacción funcional, la lectura se me hizo pesada durante casi las primeras 300 páginas, a partir de las cuales la historia empieza a tomar velocidad de crucero y se hace más llevadera.

Otro tema es el de la traducción, sudamericana. Nada que alegar al respecto, aunque considerando que la contraportada figura un precio de 22 euros uno esperaría que hubieran empleado al menos un corrector de estilo. ¿Qué es un “locutor radial”? Sí, deduces que es radiofónico, o de radio, ¿pero radial? (cierto, la RAE la admite como modismo americano referido a la radio). En una conversación, en la primera frase aparece la palabra “usted”, en la segunda se emplea el tuteo, y en la tercera se vuelve a usar el tratamiento de usted, sin que nada justifique el cambio en la segunda frase. También hay extrañas concordancias, como emplear el pasado en las frases y luego rematarla con un verbo en presente.

Nocturna” es el primer libro de la Trilogía de la Oscuridad. Dudo muy mucho que lea los dos siguientes.

P.D.: Hay un importante personaje llamado Eldritch Palmer. Los aficionados a la ciencia ficción conocerán la novela de Dick, "Los tres estigmas de Palmer Eldritch".
Nocturna; Guillermo del Toro y Chuck Hogan; Suma de letras; 2009; traducción de Santiago Ochoa; 550 páginas

(Banda sonora: Homedrunk - The Unfinished Sympathy)

Yo no soy político II

Si ya hablábamos el otro día de la poderosa Asociación Nacional del Cazo (gracias a acolostico por la idea), no pasa ni un día en que no conozcamos una nueva de sus aventuras.

Gracias a un organismo tan vacío de contenido como la Sindicatura de Comptes, tal vez esa era la intención al crearla, se ha descubierto un nuevo hito (bueno, ya no, porque estos choriceos son el pan nuestro de cada día) alcanzado por uno de sus beneméritos miembros.

En uno de esos inventos de la Gene, la Agència de Cooperació, se contrató a una sujeta en el 2004 por 31.173 euros anuales. Dos años después se la despidió por motivos disciplinarios. Quien conoce un poco la Administración sabe lo difícil que es echar a la gente, sobre todo si son de la ANC. Por tanto, esos “motivos disciplinarios” debían ser de aúpa. Encima le regalaron una indemnización de 16.415 euros. Primera pregunta: un despido por esos motivos, ¿no es procedente? Por tanto, ¿a qué viene esa indemnización?

Casualmente era miembro del cazo gracias a ERC, y se la echó cuando ese partido saltó del Govern. Cuando se reeditó el tripartito, en el 2007, y ERC recuperó sus espacios de poder, la miembra del Cazo vuelve a su puesto con 51.544 euros. Es decir, 20.000 euros más. Será que la pobre tenía más necesidades, claro. A finales del 2008 la despiden de nuevo. Solo percibió 14.855 euros de indemnización.

Ojalá a los funcionarios nos pagaran como a esa sujeta, despedida dos veces. Claro que visto lo visto, no nos extrañe que la vuelvan a contratar.

(Banda sonora: Positif - Mr. Oizo)

Cuestión de genética

Creo que siempre, desde este blog, he alabado el buen corazón de mi hija. No es pasión de padre. Ella es muy buena persona para lo pequeña que es. Como nos dijo varias veces su señorita en la tutoría: “teniu una filla molt maca”.

Estoy orgulloso de que sea tan amable, cariñosa y comprensiva con sus compañeros. También que mantenga comportamientos adultos y razonables para su edad, según su señorita. Y, por supuesto, que sea extrovertida y de buen trato con el prójimo.

Eso sí, en casa aprovecha para sacar su genio y sus defectos (pero estos no los pienso publicitar; los trapos sucios se quedan dentro de casa), pero ¿quién es perfecto? Yo menos que nadie. No negaré que me sorprende, y mucho, que pueda salir una personita tan buena de un tipejo como yo, el Abominable Hombre de Barcelona.

A veces la genética nos favorece con estas mutaciones afortunadas.

(Banda sonora: Explosions - The Mary Onettes)

Te quiero, te adoro, mi viiiidaaa

No, no se trata de un ataque de romanticismo. No sería propio de mí. Es el estribillo de la canción “Dos gardenias”, creo recordar. Siempre he sido un desapegado. Ya de pequeño me escapaba cuando llegaba el momento de despedirse y dar los besos de rigor. Lamentablemente, siempre me pillaban y me obligaban al rito del besuqueo.

Entiendo que es una costumbre, pero no me gusta dar besos a desconocidas a modo de saludo (dicho con todo el respeto). No se trata de una medida preventiva contra la gripe A. Simplemente, no me van esas muestras efusivas. Otra cosa es cuando se trata de féminas que conozco o aprecio. Admito, por enésima vez, que soy un tipo raro.

Por eso me sorprendió muy gratamente que la señorita de Alba me diera la mano cuando fuimos de tutoría. Eso sí, besó a mi mujer. Tal vez percibió, intuyó más bien, que no hice el gesto de acercarme y agacharme para los besos de rigor. Me temo que si no lo hizo conmigo fue por mi barba de pincho. En realidad, el motivo tanto da. El caso es que me ahorré el trámite.

Es como todas aquellas señoras (e incluso algún señor) que te sueltan aquello de “cariño, amor, corazón” y demás epítetos románticos como forma de dirigirse a uno. Me revienta. Leches, para pedirme o darme algo no hace falta que me llames “cariño”. Si ni siquiera sabes cómo me llamo. Y a mí tampoco me interesa tu nombre, todo sea dicho. Para mí son palabras importantes, sí, precisamente por no ser un romántico, por ser una persona introvertida, de forma que eso de banalizarlas con un uso completamente chorra y fuera de contexto me parece una herejía. Me molesta, vaya. Tampoco funciona para ablandarme, como medio para sacarme alguna cosa, lo siento. Más bien consigue el efecto contrario.

El cúlmen fue en una tienda en la que el dueño se dirigió a un cliente llamándole guapo delante mío. A lo mejor tenía cierta confianza con él. Afortunadamente a mí no me lo dijo. Me pregunto si le hubiera llamado mentiroso de haberlo hecho, pues soy más feo que Picio. En el trabajo tengo a una compañera machacada a base de chanzas: es de las que emplea el "guapa/o" con una facilidad pasmosa. En fin, hipocresías las justas.

Sí, ya lo sé. Siempre estoy haciendo amigos.

(Banda sonora: No Way Out - Love of Diagrams)