Te quiero, te adoro, mi viiiidaaa

No, no se trata de un ataque de romanticismo. No sería propio de mí. Es el estribillo de la canción “Dos gardenias”, creo recordar. Siempre he sido un desapegado. Ya de pequeño me escapaba cuando llegaba el momento de despedirse y dar los besos de rigor. Lamentablemente, siempre me pillaban y me obligaban al rito del besuqueo.

Entiendo que es una costumbre, pero no me gusta dar besos a desconocidas a modo de saludo (dicho con todo el respeto). No se trata de una medida preventiva contra la gripe A. Simplemente, no me van esas muestras efusivas. Otra cosa es cuando se trata de féminas que conozco o aprecio. Admito, por enésima vez, que soy un tipo raro.

Por eso me sorprendió muy gratamente que la señorita de Alba me diera la mano cuando fuimos de tutoría. Eso sí, besó a mi mujer. Tal vez percibió, intuyó más bien, que no hice el gesto de acercarme y agacharme para los besos de rigor. Me temo que si no lo hizo conmigo fue por mi barba de pincho. En realidad, el motivo tanto da. El caso es que me ahorré el trámite.

Es como todas aquellas señoras (e incluso algún señor) que te sueltan aquello de “cariño, amor, corazón” y demás epítetos románticos como forma de dirigirse a uno. Me revienta. Leches, para pedirme o darme algo no hace falta que me llames “cariño”. Si ni siquiera sabes cómo me llamo. Y a mí tampoco me interesa tu nombre, todo sea dicho. Para mí son palabras importantes, sí, precisamente por no ser un romántico, por ser una persona introvertida, de forma que eso de banalizarlas con un uso completamente chorra y fuera de contexto me parece una herejía. Me molesta, vaya. Tampoco funciona para ablandarme, como medio para sacarme alguna cosa, lo siento. Más bien consigue el efecto contrario.

El cúlmen fue en una tienda en la que el dueño se dirigió a un cliente llamándole guapo delante mío. A lo mejor tenía cierta confianza con él. Afortunadamente a mí no me lo dijo. Me pregunto si le hubiera llamado mentiroso de haberlo hecho, pues soy más feo que Picio. En el trabajo tengo a una compañera machacada a base de chanzas: es de las que emplea el "guapa/o" con una facilidad pasmosa. En fin, hipocresías las justas.

Sí, ya lo sé. Siempre estoy haciendo amigos.

(Banda sonora: No Way Out - Love of Diagrams)

3 comentarios:

acolostico dijo...

Ay, rey, mira que eres puñetero, corazón...

Estas insunuando que hay bece que una española cuando besa no besa de verdad?

:P

Pepi Toria dijo...

Pues a mí me parece bien lo de plantar un buen par de besos para saludar... si se dejan, claro.

Lo del "guapo" o "cielo" ya son zalamerías :P

manu dijo...

jJEJEJE... A esa pregunta me acojo al derecho a no declarar XD

A usté si me dejaría :P
Las zalamerías, con lo esaborío que soy, no me van.