Todavía hay clases: yo no soy político

Hay cosas que claman al cielo, al menos para a mí. En este país se confunden churras con merinas a veces. La mayoría, se mezclan vacas con ovejas. Entre la crisis y los casos de corrupción últimamente veo que se asocia maliciosamente político con funcionario. Pues no, damas y caballeros, no es lo mismo: los funcionarios, a diferencia de nuestros jefes, los políticos, no solemos robar ni nos enriquecemos gracias a nuestro puesto de trabajo. Nosotros aprobamos unas oposiciones, no nos regalaron nuestro puesto de trabajo.

Lo que me ha tocado profundamente la moral es un breve y colateral asunto sobre la Operación Pretoria. Resulta que un asesor del ayuntamiento de Valls ha dimitido porque aparecía en el sumario de Garzón. Hasta ahí podría parecer encomiable su actitud. Luego decían que había sido un cargo en Política Territorial (vamos, terrenos, urbanismo, ergo probable choriceo). Lo sorprendente llegaba al final: resulta que el tipo es un cargo de confianza nombrado por el alcalde (dedocráticamente, por tanto) y cobra 36.000 euros anuales por trabajar dos días a la semana. Supongo que eso es lo “normal” en Valls y en tantos otros ayuntamientos, diputaciones, organismos públicos.

Damas y caballeros, ese es el problema, todos los cargos nombrados a dedo, asesores, técnicos, altos cargos, amiguitos y amigotes, familiares varios, chupando de la teta pública. Enchufados que aportan poco y menos, pero que cobran como los que más. Mientras tanto, a los que sí trabajamos, a los currantes normales, nos fiscalizan el uso de la impresora, el papel o la fotocopiadora. Falta material, no hay dinero, dicen. Sin embargo, varias veces al año, se gastan más de 30.000 euros en aperitivos para jefazos. Qué decir de un clásico como los coches oficiales, por el que se pelean los cargos y los carguillos; obviamente, no es un asunto de simples funcionarios.

Para qué seguir. Los ladrones, los malversadores, los defraudadores, los mentirosos, los aprovechados, presuntamente, claro, hasta que no sean condenados, suelen ser esos sujetos a los que se vota cada cuatro años y sus colaterales y adosados, no los funcionarios. Los administrativos, enfermeras, policías, ordenanzas, carteros, bomberos, bibliotecarios, etc., etc., no somos los que estamos robando y engañando a nuestros conciudadanos.

Dicho queda por si alguien todavía tenía dudas o se sigue dejando engañar por algunos demagogos de baja estofa.

(Banda sonora: You can't say no forever - Lacrosse)

4 comentarios:

acolostico dijo...

carrera tipo o el sueño de cual españolito: ser escogido en un reality para convertirse luego en tertuliano experto de lo que hiciese falta y con una presencia mediatica para pillar por la cara o afiliarse a un partido cerca del poder empezar a encazarse y pillar uno de esos puestos.

Héroes. Y el que no llega es por que no puede.

Gran modelo económico.

manu dijo...

Otra de políticos: "El futuro presidente de RTVE: 'No sé nada de tele'"
http://www.publico.es/televisionygente/268715/albertooliart/rtve/corporacion/televisionpublica/oliart

Joé, teníamos que hacer como en Alemania, con un humorista haciendo de candidato, pero que se presentara de verdad. ¡Chikilicuatre for president!

Pepi Toria dijo...

El periodismo es una bella profesión que está hoy día por los suelos. Las noticias se dan de cualquier manera, no se habla con propiedad y el ciudadano de la calle tiene que hacer contínuos actos de fe, pero cuando hablan de algo que uno domina, ya se ve que la información es sesgada, no contrastada y muchas veces, directamente falsa, y habitualmente por ignorancia.

manu dijo...

La ignorancia, muchas veces interesada, puede ser un arma de destrucción masiva.

Por cierto, el "amigo" de Valls ya está imputado. Estamos en San Martín, ¿verdad?