Desmadre a la italiana

Obama es joven, guapo y está bronceado, lo que supone sin duda un buen punto de partida.
Silvio Berlusconi

Pensar es cansado. Tener ideas propias, más. Si encimas haces ese titánico esfuerzo, puede tener consecuencias insospechadas. Un tribunal de Catania quitó la tutela de un chico de 16 años a su madre para dársela al padre porque el adolescente se había afiliado al Partido Refundación Comunista.

El sumario judicial, ojo, con información procedente de los servicios sociales, señalaba que el adolescente frecuentaba "lugares donde es común el uso de sustancias alcohólicas y psicotrópicas". ¿Una discoteca? ¿Una vía pública tomada por el botellón? Me temo que no. Los diputados italianos deben estar escandalizados. Ah, tampoco. Hace meses un programa televisivo satírico desveló que un porcentaje significativo de sus señorías también "consumía" en la sede de la soberanía popular italiana.

Por si fuera poco, el sumario también decía que los comunistas "son extremistas" (les faltó añadir "peligrosos"), y que pretendían captar jóvenes para que "sean activistas". ¡Terrible! Extremistas y activistas, ¿puede haber algo peor? El PCR, recordemos, es un partido legal. ¿Tiene derecho un juez a valorar qué ideas son extremistas cuando se encuentran dentro de la legalidad vigente? ¿Podemos calificar al gobierno de Berlusconi de extremista a tenor de las declaraciones filofascistas de uno de sus ministros? Si el juez fuera hincha de la Roma, ¿consideraría a los de la Lazio de extremistas o de merecedores de menos derechos que los demás? ¿Pensar diferente, pertenecer a una minoría, ir contracorriente, te convierte en extremista?


Italia da algunas muestras de esquizofrenia. Abortada la intentona del sacerdote que pretendía realizar el concurso Miss Monja, los nuevos poderes conferidos a los alcaldes transalpinos han dado lugar a situaciones curiosas: en algunas ciudades te pueden multar por comer un bocata en la playa o, más alucinante aún, porque los niños hagan castillos de arena. Militares patrullan las calles y la joya del alcalde de Roma critica a dos turistas que fueron salvajamente atacados en las afueras de su ciudad. Una ola xenófoba recorre la bota transalpina. ¿Qué le está pasando a Italia?

Por cierto, el chico se sometió voluntariamente a un test de drogadicción. Estaba limpio. ¿El juez se sometería también a un test antidopaje?


(Banda sonora: Disco Lies - Moby)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchos italianos andan contentos con el tipo y lo que pasa en su país... Otros muchos parece no molestarles...

Muchos admirán como van las cosas por España... O no saben como esta la cosa de verdado la cosa en Italia es que esta malita malita...

Anónimo dijo...

Es obvio que a muchos italianos les gusta Berlusconi, como a muchos estadounidenses les gustó Bush Jr. en su momento.

Tal vez admiren cosas de España que allí ahora son impensables, pero por aquí las cosas tampoco están para tirar cohetes. Claro que, prefiero lo de aquí, visto lo visto, que la Italia de ahora.

Anna dijo...

Bután....
El que és admirable és Bután....

Anónimo dijo...

Siempre nos quedará Bután... aunque un poco lejos :(

Jobove - Reus dijo...

ahora lo quieren, ahora no lo quieren, este amor odio de los italianos por sus políticos es exasperate

saludos

manu dijo...

Los italianos tienen cierta tendencia a ser excesivos, para lo bueno y lo malo.

Señor Insustancial dijo...

¿Alguien esperaba que Berlusconi dijera algo coherente?

Son ustedes unos optimistas maravillosos....

Un abrazo.

manu dijo...

Como es un presidente-cantante (¿o un presi que canta?) creía que cantando desafinaría menos, pero...

Me han llamado muchas cosas en mi vida, muchas irreproducibles aquí, pero nunca optimista :P

Abrazos de pressing catch!